Amado hasta entregar la vida por él, y odiado por sus opositores, con esa misma entrega, Perón también fue un hombre de carne y hueso, pese a la pasión incondicional de sus seguidores, estuvo sólo en muchas etapas de su vida.
En su intimidad más profunda, el General soportó traiciones, enfermedades, y pesados secretos que no pudo develar cuando aislado por un entorno siniestro montado por José López Rega, le llegó la muerte aquel doloroso 1 de Julio de 1974. Para muchos, la muerte del General Perón fue inducida por ese entorno que lo aisló y descuidó, buscando una herencia política que jamás recibirían. Así, deteriorado y en soledad, el león herbívoro libró su última batalla.